Por Juan Gabriel Bauzá
Me he entretenido en ojear de nuevo, el libro escrito hace algún tiempo por el maestro Miguel Vidal y por Jordi Vidal, sobre la historia del Real Mallorca. (Història del Reial Mallorca 1916-2004. Editorial Arbre de Mar).
En él se cuenta que Lluís Sitjar Castellà, nació en Palma en 1899. Fue presidente de la entidad bermellona entre 1926 i 1927, en aquel tiempo llamada Real Sociedad Alfonso XIII, y volvió de nuevo a la presidencia entre 1930 i 1932. En este último período de tiempo, firmó el cambio de nombre a C.D.Mallorca.
Lluís Sitjar murió joven, como relata el libro, con cincuenta y seis años, el 21 de diciembre de 1956 después de un calvario de trece años en una silla de ruedas por culpa de una polineuritis. Su última aparición pública fue precisamente en la inauguración del estadio des Fortí el 23 de septiembre de 1945. Poco antes de morir, se enteró que habían cambiado el nombre de es Fortí por el suyo, Estadio Lluís Sitjar. Aquel hombre enfermo se ruborizó ante la noticia y meses después se murió ya que se encontraba muy enfermo por la polineuritis.
Espero que a los nostálgicos les haya gustado recordar en estas líneas la figura del que fue un gran mallorquinista. Si a muchos de los que mercadean ahora con el emblemático sitio ojearan este libro, se empaparan de la historia y de las vivencias de este mágico lugar. Se les tendría que caer la cara de vergüenza al ver en lo que se ha convertido aquello.
El Lluís Sitjar es una casa de okupas, de escombros esparcidos a lo largo de muchos perímetros, donde se almacena la basura día tras día. En definitiva, se ha convertido en un monumento a la vergüenza y a los intereses particulares.
Los que han sido dirigentes del Mallorca, que se han llenado la boca de mallorquinismo, los copropietarios y las autoridades pertinentes. Tendrían que avergonzarse, por haber dejado que el estadio Lluís Sitjar se convierta en una lucha de intereses por ver quien saca la mayor tajada, mientras la instalación más importante del mallorquinismo se derrumba.
Hace un par de semanas el presidente de los copropietarios del Lluís Sitjar, Joan Aguiló, presentaba un proyecto para arreglar el tema, con zonas comerciales, gimnasios, etc… Hoy, el presidente del Mallorca, Jaume Cladera, afirma que se quiere construir un nuevo estadio allí y por si fuera poco recordemos, que hace meses la administración decía que se haría un recinto ferial. Al final lo único que han hecho es declararlo en ruinas.
¿Les interesa realmente que se solucione el tema del Lluís Sitjar? ¿A qué están jugando todos estos? Nadie quiere perder dinero, todo el mundo quiere pillar y cuanto más mejor.
Actuales dirigentes del Mallorca y antiguos, políticos actuales y pasados, propietarios y copropietarios. Deberían molestarse en leer o releer la historia del Mallorca y reflexionar si es digno lo que están haciendo.
Ni poseer un título de propiedad, ni poseer una acción, ni tener poder, justifica que quieran enriquecerse con algo que va más allá de una propiedad.
No estamos hablando de un estadio de fútbol cualquiera situado en unos terrenos cualquiera. Estamos hablando de un lugar sagrado para el mallorquinismo, estamos hablando de un teatro de los sueños que ha significado y significa la historia viva de un club que ha sufrido mucho para estar hoy en día en primera división.
Dirigentes del Mallorca, copropietarios, políticos… Dejen de jugar con el Lluís Sitjar y con el sentimiento mallorquinista por un puñado de euros.
En él se cuenta que Lluís Sitjar Castellà, nació en Palma en 1899. Fue presidente de la entidad bermellona entre 1926 i 1927, en aquel tiempo llamada Real Sociedad Alfonso XIII, y volvió de nuevo a la presidencia entre 1930 i 1932. En este último período de tiempo, firmó el cambio de nombre a C.D.Mallorca.
Lluís Sitjar murió joven, como relata el libro, con cincuenta y seis años, el 21 de diciembre de 1956 después de un calvario de trece años en una silla de ruedas por culpa de una polineuritis. Su última aparición pública fue precisamente en la inauguración del estadio des Fortí el 23 de septiembre de 1945. Poco antes de morir, se enteró que habían cambiado el nombre de es Fortí por el suyo, Estadio Lluís Sitjar. Aquel hombre enfermo se ruborizó ante la noticia y meses después se murió ya que se encontraba muy enfermo por la polineuritis.
Espero que a los nostálgicos les haya gustado recordar en estas líneas la figura del que fue un gran mallorquinista. Si a muchos de los que mercadean ahora con el emblemático sitio ojearan este libro, se empaparan de la historia y de las vivencias de este mágico lugar. Se les tendría que caer la cara de vergüenza al ver en lo que se ha convertido aquello.
El Lluís Sitjar es una casa de okupas, de escombros esparcidos a lo largo de muchos perímetros, donde se almacena la basura día tras día. En definitiva, se ha convertido en un monumento a la vergüenza y a los intereses particulares.
Los que han sido dirigentes del Mallorca, que se han llenado la boca de mallorquinismo, los copropietarios y las autoridades pertinentes. Tendrían que avergonzarse, por haber dejado que el estadio Lluís Sitjar se convierta en una lucha de intereses por ver quien saca la mayor tajada, mientras la instalación más importante del mallorquinismo se derrumba.
Hace un par de semanas el presidente de los copropietarios del Lluís Sitjar, Joan Aguiló, presentaba un proyecto para arreglar el tema, con zonas comerciales, gimnasios, etc… Hoy, el presidente del Mallorca, Jaume Cladera, afirma que se quiere construir un nuevo estadio allí y por si fuera poco recordemos, que hace meses la administración decía que se haría un recinto ferial. Al final lo único que han hecho es declararlo en ruinas.
¿Les interesa realmente que se solucione el tema del Lluís Sitjar? ¿A qué están jugando todos estos? Nadie quiere perder dinero, todo el mundo quiere pillar y cuanto más mejor.
Actuales dirigentes del Mallorca y antiguos, políticos actuales y pasados, propietarios y copropietarios. Deberían molestarse en leer o releer la historia del Mallorca y reflexionar si es digno lo que están haciendo.
Ni poseer un título de propiedad, ni poseer una acción, ni tener poder, justifica que quieran enriquecerse con algo que va más allá de una propiedad.
No estamos hablando de un estadio de fútbol cualquiera situado en unos terrenos cualquiera. Estamos hablando de un lugar sagrado para el mallorquinismo, estamos hablando de un teatro de los sueños que ha significado y significa la historia viva de un club que ha sufrido mucho para estar hoy en día en primera división.
Dirigentes del Mallorca, copropietarios, políticos… Dejen de jugar con el Lluís Sitjar y con el sentimiento mallorquinista por un puñado de euros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Comenta el artículo!