La primera vez que escribí sobre Rudy Fernández en este blog lo hice sorprendido por una genial actuación ante Minessota, algo a lo que no nos tenía acostumbrados el mallorquín. Quizá por eso no fui el único autor que reparó en ese encuentro. Poco después, contaba una serie de partidos en los que continuaba con grandes números, lo que se convirtió en habitual y, por eso, "dejó de ser noticia".
Sin embargo, Rudy ha vuelto a ganarse que hablemos de él, ahora ya en términos más globales. Y es que el escolta no ha dejado de aprovechar la ausencia de Brandon Roy para, desde hace dos meses, demostrar que tiene un hueco en la elite de la NBA. Obviamente, ha tenido altibajos, como todos sus compañeros de profesión, pero continuamente ha demostrado que está más que preparado para cualquier cosa que necesite su equipo, ya sea anotar, defender, presionar, asistir o incluso animar desde el banquillo, totalmente integrado en una plantilla.
Y es que el mallorquín se ha convertido en uno de los referentes de los Blazers, solamente eclipsado por el brutal estado de forma de LaMarcus Aldridge, injustamente apartado de la elección del All Star. Rudy ya participa en los minutos calientes de los partidos, e incluso, a veces con fortuna y a veces sin ella, se juega tiros decisivos, en esos momentos en los que antes era impensable siquiera que le llegara el balón.
Sirva de ejemplo el partido de ayer, aunque no sea nuestra intención centrarnos en un único encuentro, no en este artículo. 34 minutos saliendo desde el banquillo, 18 puntos con 2 de 3 en triples, 2 asistencias y 2 robos de balón. Esos vienen siendo, más o menos, sus números más habituales en los dos últimos meses. Pero lo más importante es que la mejor versión del escolta llegó en el último cuarto: 11 puntos, con un importante triple cuando los Bulls se acercaban en el marcador, y con 6 de 7 en tiros libres, queriendo siempre el balón cuando el rival se lanzó a cometer faltas. Y todo esto, recordemos, en unos Blazers que partido a partido se están jugando la clasificación para los Playoff, con una plaza a combatir con los Grizzlies y los Suns.
Con todo, es más que lógico que haya surgido el interés por parte de varios conjuntos NBA para hacerse con el mallorquín. El último, al parecer, el de los propios Chicago Bulls. Desde luego, si no estaban decididos, después del choque de ayer pocas dudas les quedarán. Y es que Rudy Fernández, una vez le han dotado de mayor respansibilidad en el juego del equipo, después de un principio de temporada convulso en el que pudo ser su peor momento en Estados Unidos, ha demostrado que ha alcanzado su madurez en la mejor liga de baloncesto del mundo, y lo seguirá demostrando, ya sea en Portland, o en cualquier otra franquicia.
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Sin embargo, Rudy ha vuelto a ganarse que hablemos de él, ahora ya en términos más globales. Y es que el escolta no ha dejado de aprovechar la ausencia de Brandon Roy para, desde hace dos meses, demostrar que tiene un hueco en la elite de la NBA. Obviamente, ha tenido altibajos, como todos sus compañeros de profesión, pero continuamente ha demostrado que está más que preparado para cualquier cosa que necesite su equipo, ya sea anotar, defender, presionar, asistir o incluso animar desde el banquillo, totalmente integrado en una plantilla.
Y es que el mallorquín se ha convertido en uno de los referentes de los Blazers, solamente eclipsado por el brutal estado de forma de LaMarcus Aldridge, injustamente apartado de la elección del All Star. Rudy ya participa en los minutos calientes de los partidos, e incluso, a veces con fortuna y a veces sin ella, se juega tiros decisivos, en esos momentos en los que antes era impensable siquiera que le llegara el balón.
Sirva de ejemplo el partido de ayer, aunque no sea nuestra intención centrarnos en un único encuentro, no en este artículo. 34 minutos saliendo desde el banquillo, 18 puntos con 2 de 3 en triples, 2 asistencias y 2 robos de balón. Esos vienen siendo, más o menos, sus números más habituales en los dos últimos meses. Pero lo más importante es que la mejor versión del escolta llegó en el último cuarto: 11 puntos, con un importante triple cuando los Bulls se acercaban en el marcador, y con 6 de 7 en tiros libres, queriendo siempre el balón cuando el rival se lanzó a cometer faltas. Y todo esto, recordemos, en unos Blazers que partido a partido se están jugando la clasificación para los Playoff, con una plaza a combatir con los Grizzlies y los Suns.
Con todo, es más que lógico que haya surgido el interés por parte de varios conjuntos NBA para hacerse con el mallorquín. El último, al parecer, el de los propios Chicago Bulls. Desde luego, si no estaban decididos, después del choque de ayer pocas dudas les quedarán. Y es que Rudy Fernández, una vez le han dotado de mayor respansibilidad en el juego del equipo, después de un principio de temporada convulso en el que pudo ser su peor momento en Estados Unidos, ha demostrado que ha alcanzado su madurez en la mejor liga de baloncesto del mundo, y lo seguirá demostrando, ya sea en Portland, o en cualquier otra franquicia.
