Que Jorge Lorenzo no cae bien, en general, está claro. Sus rocambolescos y prepotentes inicios (como casi siempre en estos casos, mal aconsejado), su charlatanería y su capacidad para igualar y superar a la esperanza, al niño mimado del motociclismo español, son las principales causas de ello. Y puede llegar a ser comprensible. Pero lo que no merece el mallorquín es el maltrato al que ha sido y está siendo sometido.
En la pasada carrera, sin ir más lejos, y más allá de que a los comentaristas de Teledeporte convendría recordarles que Lorenzo también es español, fue de nuevo víctima de ese injusto maltrato. Nadie en su sano juicio duda de que en la victoria del mallorquín tuvo mucho que ver la fortuna, pero de ahí a lo que se dijo en muchos sitios va un mundo.
Por ejemplo, es cierto que la caída de Rossi y Stoner le benefició, qué duda cabe. Pero cuando se dice que "ganó por eso", quizá habría que tener en cuenta que cuando Lorenzo vio cómo llegaba Rossi, loco y con prisas, le dejó pasar sin ninguna oposición (que no digo que no le hubiera superado igualmente) e, incluso, dejó bastante espacio entre medias, consciente de que bien con el australiano o bien con Simoncelli il dottore la podía liar, como así sucedió. ¿Fue fortuna para Jorge que Stoner y Rossi se salieran de la pista? Sí, sin duda. Pero habría que añadir que Lorenzo supo leerlo y sacar provecho de la situación; pero claro, eso, a todos los "antilorenzo", que son muchos, no les interesa.
Más suerte tuvo, sin duda, tras la caída de Simoncelli cuando el italiano marchaba primero. No sabemos qué hubiera sucedido en otro caso, pero la realidad es que la Honda del cattolichino marchaba francamente bien hasta que un error suyo le llevó al suelo. Bien, fortuna para Lorenzo, que se colocaba primero. Correcto. Pero a uno le viene a la memoria, extrapolándolo a un deporte "similar", cuando alguien que iba por delante de Fernando Alonso (me acuerdo mucho de un finlandés, por ejemplo) cometía un error, siempre se decía que era por "la presión del asturiano". Ambas expresiones me parecen correctas; o no. Lo que no tiene lógica es la diferencia de rasero con que se usa cada una para definir una situación muy parecida. Y conste que esto nada tiene que ver con Fernando Alonso, al que admiramos.
También la temporada pasada, la de su primer título en la cilindrada mayor, el piloto español fue acusado de haberse hecho con el campeonato por pura suerte, por las caídas y lesiones de Rossi y Pedrosa. Como todo en esta vida, la suerte influyó (¿cuántos campeonatos y campeones no han tenido su momento de suerte? ¿qué hubiera pasado si, por ejemplo, Cardozo hubiera superado a Casillas en el penalti del Paraguay-España?), pero a todos los que dijeron, y dicen, eso, quizá habría que recordarles que cuando Rossi se lesionó, en Mugello, Lorenzo ya era líder del Mundial, y cuando lo hizo Pedrosa el mallorquín le aventajaba en 56 puntos a falta de cinco Grandes Premios. No se sabe qué hubiera ocurrido sin esas dos lesiones, pero decir que Jorge fue campeón del mundo gracias a ellas me parece, cuando menos, aventurado, además de injusto.
Por último, habría que añadir otra sentencia, y es que, dentro de la fortuna de que se caigan siempre (según las teorías fortuitas antilorenzistas) quienes van por delante o amenazan al mallorquín, tendrá algo que ver que él es el único que nunca se va al suelo, ¿no? Quizá ahí radique el mayor mérito de Jorge Lorenzo.
