jueves, 13 de enero de 2011

La Facultad de Medicina



Por Miguel Verger
Este año que recién empieza supone que cumpla mi primera década en esto del Periodismo. Un tiempo considerable pero, vamos, que todavía veo la orilla de la que salí. Me queda un largo trecho y mucho por seguir aprendiendo. Espero tener esa oportunidad. Puedo contar historias pero no tengo el bagaje suficiente para considerarme un abuelo cebolleta. Esta historia, aunque el comienzo indique lo contrario, no trata de mí, pero sí de alguna experiencia más o menos propia.
Como digo van para diez años contando cosas, cometiendo errores y disfrutanto, por encima de todo. Pero antes de arrancar me tocó padecer las prácticas de verano. Las primeras fueron en La Voz de Baleares y la cosa acabó como el rosario de la aurora. Mi venganza fue la posterior desaparición del rotativo. Y luego, por cosas de la vida, apareció Radio Mallorca-Cadena Ser, donde más he disfrutado del periodismo y del medio.
Bueno, al grano, que se nos pasa el arroz. En ese mi primer verano de prácticas se cerró el acuerdo de gobierno para el primer Pacte de Progrès. Se sucedían las ruedas de prensa y al joven Miguel le tocó cubrir una en la Conselleria d'Educació. Allí hablaron de crear una Facultad de Medicina. Ya está. Ya tengo titular. ¡Qué buen periodista soy! Con toda la alegría del mundo le comunico a la jefa de Informativos de la SER, la grandísima periodista María Jesús Armendáriz, que el Pacte proyecta crear la Facultad de Medicina en la UIB. La cara que puso no fue de haber recibido la noticia del día y sus palabras menos: "Miguel, en esta Isla llevan hablando de la Facultad de Medicina desde que Franco era corneta". Doce años después todavía no está en las aulas de la UIB el galeno que deberá curarme de mi futuro, aunque seguro, infarto de miocardio.
Con esto quiero decir que los compañeros de la sección de local de las diferentes redacciones deben estar hasta los mismísimos de hablar de la Facultad de Medicina. Porque todavía no existe, no, pero no se ha dejado de hablar de ella. Y ni una piedra. No se ha puesto ni una piedra.
Pues bien, los periodistas deportivos y los mallorquinistas ya tenemos nuestra propia "facultad de medicina" y esa no es otra que el Lluís Sitjar. Qué pesadez. Cada cierto tiempo el viejo estadio sale a colación ya sea para hablar de que lo han okupado, de que se ha incendiado, de que hay que derrumbarlo, expropiarlo, venderlo o reformarlo. Ahora el tema es reformarlo y volver a casa en el Centenario de aquí a un lustro. Antes se hablaba mucho y se pedían cosntantemente ayudas públicas. Ahora, en este penúltimo caso se habla de financión 100% privada, lo cual sorprende por la situación económica del club que, supongo,no hará falta desgranar.
Al final el lobo vendrá, sí. Al final tendremos nuevo estadio. Al final de nuestra querida UIB saldrán médicos. Incluso en este país algún día se volverá a crear empleo. Pero, ¿ahora? ¿Qué empresa privada tiene la solvencia económica para gastarse 100 millones de euros para remodelar el Lluís Sitjar? Ya no hablo del precio que me parece ciertamente escaso para tamaño proyecto.
¿Quién se lo cree? Creo que nadie. ¿Se lo cree el Mallorca? Creo que no. En esta noticia, parida desde el seno del club se esconden segundas intenciones. ¿Cuáles? El tiempo lo dirá o no. Uno tiene sospechas pero no realidades contrastadas y sería hablar por hablar. Sería una teoría más de las que tenemos todos.
Con estas palabras no pretendo desilusionar a nadie. A mí, volver a casa me hace ilusión, pero no veo que este sea el momento. Tampoco veo que esto se acabe aquí. Es más, ya me imagino, dentro de un par de décadas, a un joven becario llegando a la redacción con la noticia de que el Mallorca quiere volver al Lluís Sitjar y ya sé lo que diré al joven proyecto de periodista: "De la vuelta al Lluís Sitjar, querido, se hablaba ya cuando tu Rey salía con Eva Sanum".

3 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo con Lanzarote. Todo un grande con este nombre...

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  2. Muy buena reflexión Miguel. Es más, me ha encantado la relación entre dos temas que me afectan cada día por mis trabajos: los médicos entre semana, y el deporte los domingos y dos proyectos que ya me tienen cansada.
    Espero que nuestros becarios vean soluciones pronto a ambos temas porque son necesarios ambos en Mallorca.
    Por cierto, te gano en un año desde que empecé como becaria en UH...

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