Por Tolo Ramón
Después de ver el planteamiento del Valencia ante el Espanyol sólo se me ocurre una palabra, correcto. Es imposible hablar de estructura táctica errónea o mal ajustada. Voy a detenerme muy brevemente en la cocina del centro del campo, en la construcción del juego. Aquí Mehmet Topal y Maduro estuvieron estratégicamente correctos.Defensivamente hicieron sus coberturas a las medias puntas, tiraron ayudas defensivas a banda y mantuvieron el equilibrio defensivo. En fase ofensiva se movieron ofreciendo apoyos por detrás, giraron las jugadas casi con un orden milimétrico y jamás perdieron la posición. QUÉ ABURRIMIENTO. No se salieron del manual en todo el partido. Siempre jugaron pensando más en el orden que en el propio juego.
Pases interiores o verticales, cambios de ritmo y llegadas hasta posiciones de remate brillaron por su ausencia. ¿Jugaron mal?, rotundamente no. Lo que paso es que fueron demasiado previsibles.
Los equipos tan encorsetados no sorprenden a nadie. La improvisación controlada jamás debe desaparecer del fútbol. Los futbolistas son artistas, artesanos del balón y jamás deben convertirse en robots. El gol final de Mata, dando la victoria al Valencia, no debe enmascarar este sometimiento táctico. Personalmente espero más de un conjunto que tiene los mimbres suficientes como para ofrecernos un fútbol más productivo.
P.D. El fútbol no es un deporte 100% empírico.
Después de ver el planteamiento del Valencia ante el Espanyol sólo se me ocurre una palabra, correcto. Es imposible hablar de estructura táctica errónea o mal ajustada. Voy a detenerme muy brevemente en la cocina del centro del campo, en la construcción del juego. Aquí Mehmet Topal y Maduro estuvieron estratégicamente correctos.Defensivamente hicieron sus coberturas a las medias puntas, tiraron ayudas defensivas a banda y mantuvieron el equilibrio defensivo. En fase ofensiva se movieron ofreciendo apoyos por detrás, giraron las jugadas casi con un orden milimétrico y jamás perdieron la posición. QUÉ ABURRIMIENTO. No se salieron del manual en todo el partido. Siempre jugaron pensando más en el orden que en el propio juego.
Pases interiores o verticales, cambios de ritmo y llegadas hasta posiciones de remate brillaron por su ausencia. ¿Jugaron mal?, rotundamente no. Lo que paso es que fueron demasiado previsibles.
Los equipos tan encorsetados no sorprenden a nadie. La improvisación controlada jamás debe desaparecer del fútbol. Los futbolistas son artistas, artesanos del balón y jamás deben convertirse en robots. El gol final de Mata, dando la victoria al Valencia, no debe enmascarar este sometimiento táctico. Personalmente espero más de un conjunto que tiene los mimbres suficientes como para ofrecernos un fútbol más productivo.
P.D. El fútbol no es un deporte 100% empírico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Comenta el artículo!